El escenario para la presentación de este invento tan singular ha sido el Mazda Space, un espacio único en el mundo que actúa como plataforma de la expresión cultural de la compañía de automoción Mazda, ubicado en Barcelona.
Bajo el título “Cómo jugar con la madre naturaleza”, Andersen explicó ante estudiantes de diseño del Centro Universitario de Diseño de Barcelona BAU cómo sacar provecho de las condiciones naturales gracias al ingenio y a la creatividad. Un ejemplo de ello es su proyecto “Solspeil” con el que ha desafiado las leyes de la naturaleza.
Durante seis meses, la pequeña aldea de Rjukan está cubierta por una gran sombra, debido que se encuentra en medio de un profundo valle, por lo que sus habitantes se veían privados de la luz solar. Para cambiar esta situación, el artista noruego desarrolló durante 10 años un sistema basado en tres espejos gigantes controlados por ordenador que siguen el sol y reflejan su luz hacia la plaza del centro de Rjukan. Ahora esta idea es ya una realidad haciendo posible que los 3.500 habitantes de este pueblo puedan ver los rayos del sol durante todo el año.
Esta iniciativa pionera refleja el pensamiento no convencional y el espíritu inconformista del artista noruego, que ha sido capaz de crear algo fuera de lo común con la voluntad de mejorar la vida de todo un pueblo. En este sentido, Martin Andersen se ha convertido en un auténtico “rebelde con causa” de la comunidad Mazda Rebels, cuya filosofía aúna a personas que rompen con lo establecido para hacer las cosas mejor.