Las condiciones del Plan PIVE son cada más reestrictivas. Ya en el Plan PIVE 7 se estableció que el coche de más de 10 años entregado para la compra de uno nuevo debía estar en posesión del titular al menos 12 meses y debía tener en vigor la ITV. Todo ello con un objetivo claro de minimizar el posible ‘fraude’ que se ha detectado con los sucesivos planes.
Las operaciones relacionadas con la obtención de las ayudas del Plan PIVE 8 no son menos restrictivas. Para empezar, es requisito imprescindible gestionar la baja definitiva en tráfico, mediante el certificado de destrucción por parte del centro autorizado al efecto. Puesto que se requiere gestionar la baja definitiva del vehículo en la Dirección General de Tráfico (DGT) será necesario que el mismo esté matriculado en España.
Además, será igualmente indispensable acreditar el pago del último Impuesto de Circulación o IVTM, actualizado al menos hasta 2014.
El solicitante del Plan PIVE 8 también tendrá que ser titular del vehículo achatarrado, desde al menos 12 meses antes de la fecha de solicitud de la ayuda y éste vehículo tendrá que tener la ITV al día en la fecha de entrada en vigor del programa.
En la octava edición del PIVE la cuantía de los descuentos de los que se beneficiará el comprador también ha variado. En total, por cada compra éstos serán de 1.500 euros, lo que corresponde a 750 euros que aporta el Gobierno y 750 euros que aporta el concesionario, frente a los 2.000 euros de los que se venían disfrutando hasta ahora.
Esta dotación debería servir para cubrir el mercado hasta finales de 2015 con el ritmo actual de ventas, en el que se podría llegar al millón de unidades vendidas si se cumplen los pronósticos más optimistas. Sería la primera vez que eso ocurre desde 2008. Igualmente se refleja que al término del plan más de un millón de vehículos de más de 10 años se habrán sustituido por otros nuevos más seguros y eficientes.