Los frenos son el sistema de seguridad activa más importante de un vehículo y debemos estar seguros que se encuentran en un estado óptimo para circular.
Los fallos en el sistema de frenado ocupan el tercer lugar entre los defectos más comunes en las Inspecciones Técnicas de Vehículos. Al no haber una cifra exacta de kilómetros para cambiar las pastillas ni los discos de freno, ya que eso depende del vehículo y del uso que hagamos de él, los conductores deben estar pendientes del sistema de frenado y revisarlo cada 20.000 kilómetros para evitar desgastes extremos en discos y pastillas.
Los fabricantes recomiendan cambiar también las pastillas cuando sustituimos los discos, para que ambos elementos tengan el mismo nivel de desgaste. Además, es necesario saber que los componentes del sistema de frenos se deben reemplazar por ejes, porque solo así se asegura una frenada equilibrada a las dos ruedas del mismo eje y se garantiza la estabilidad del vehículo.
Otro aspecto clave para asegurar el buen funcionamiento del sistema de frenado de nuestro vehículo reside en cambiar el líquido de frenos cada uno o dos años y, por supuesto, acudir siempre a talleres profesionales y homologados, que utilicen recambios originales y mano de obra titulada.
No olvidéis que, al volante, vuestra seguridad y la de los demás conductores es primordial, y un sistema de frenado revisado y a punto resulta vital para garantizarla.