Ford participa en un proyecto de investigación sobre el uso de combustibles alternativos que podrían ofrecer potencia y rendimiento similares a los motores de combustión interna diésel, al tiempo que reducen al máximo el impacto sobre el medio ambiente.
Se trata de una investigación cofinanciada por el Gobierno de Alemania y que tiene el objetivo de probar los primeros coches impulsados con éter dimetílico, que se utiliza como propulsor no tóxico en el gas de sprays aerosoles, así como con éter de oximetileno, que suele usarse como disolvente.
Ford ha anunciado que ambas sustancias servirán de combustible de un Ford Mondeo para demostrar su eficacia en el ahorro de combustible y la reducción de emisiones de partículas.
Ambos éteres (dimetílico y oximetileno) se generan a partir de gas natural fósil o de biogás, mediante un proceso que se llama ‘energía a líquido’ que, a su vez, usa fuentes renovables como la energía solar o eólica.
El especialista técnico de Sistemas de Combustión de Motor de Ford en Europa, Werner Willems, afirmó que el CO2 producido por un vehículo impulsado por éter dimetílico extraído por fuentes renovables podría compararse con el generado por un corredor de maratón al cubrir esa distancia, pero con el rendimiento de un coche diésel.