
Una de cada tres visitas al taller entre los meses de junio y septiembre viene desencadenada por una avería en el climatizador o en el sistema de aire acondicionado del vehículo.
En esta época del año resulta esencial circular con el sistema de aire acondicionado en perfectas condiciones, pues el exceso de calor dentro del habitáculo puede traer consigo consecuencias como fatiga o estrés.
Un buen mantenimiento y/o uso de la refrigeración serán factores clave para asegurar nuestro confort y seguridad al volante.
En este sentido, resulta muy recomendable revisar que el radiador esté limpio, y comprobar que las mangueras y conductos están en buen estado. Tampoco debemos olvidar el líquido refrigerante.
Una buena manera de saber si el sistema de refrigeración del vehículo necesita ser revisado por un mecánico es el olor que desprende cuando lo ponemos en funcionamiento. Si desprende un olor desagradable y avinagrado, es muy probable que el filtro requiera su sustitución.
En lo que al uso de aire se refiere, los expertos recomiendan no usarlo nunca al máximo rendimiento. Aunque el calor apriete, es recomendable ponerlo siempre a régimen medio y dejar que refrigere el habitáculo paulatinamente. Si nuestro coche dispone de climatizador, éste no deberá superar los 22º. Por debajo de esta temperatura, el consumo del vehículo se dispara un 20%.
Por último, un buen consejo para alargar la vida del aire acondicionado de nuestro vehículo: encenderlo una vez al mes en invierno (durante unos minutos) para evitar que los conductos se resequen por falta de uso.